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May 27, 2024

Varias peleas estallan en el Centro Correccional de Elmira, hacen

por: Samantha Rich Publicado: 3 de agosto de 2023/10:44 a.m.EDT Actualizado: 3 de agosto de 2023/10:44 a.m.EDT ELMIRA, NY – (WIVT/WBGH) Siete peleas estallaron durante un período de cinco días la semana pasada en el correccional de elmira

por: Samantha Rich

Publicado: 3 de agosto de 2023/10:44 a.m.EDT

Actualizado: 3 de agosto de 2023/10:44 a.m.EDT

ELMIRA, NY – (WIVT/WBGH) La semana pasada estallaron siete peleas durante un período de cinco días en el Centro Correccional de Elmira, dejando a varios reclusos y dos oficiales heridos.

Entre el 24 y el 28 de julio, el personal penitenciario respondió a varias peleas importantes, en dos de las cuales participaron más de una docena de reclusos. En dos de las peleas se utilizaron armas improvisadas, que causaron daños a varios reclusos. Todas menos una de las armas involucradas fueron recuperadas por los oficiales debido a que un recluso no pudo identificar al hombre que lo atacó. Otras cinco armas ocultas fueron localizadas y confiscadas como evidencia durante registros en las celdas de los reclusos después del brote. Las armas recuperadas incluyeron hojas de afeitar de cerámica y metal, mangos de plástico y metal y un cepillo de dientes afilado. Todos los reclusos involucrados fueron colocados en una Unidad de Vivienda Especial mientras los cargos disciplinarios están pendientes.

El 24 de julio, un oficial vio a dos reclusos, que entraban al comedor para desayunar, comenzar a pelear. Varios otros reclusos se unieron e inicialmente ignoraron las órdenes de dejar de pelear. Después de que se emitió una segunda orden, todos los reclusos, excepto tres, cumplieron. A los tres reclusos que no cumplieron se les administró spray OC o spray de pimienta, que inicialmente resultó ineficaz. Después de que los agentes aplicaron una segunda aplicación del spray, los combates cesaron.

El 26 de julio, un recluso notificó a un oficial en el patio de recreación que un recluso desconocido le había cortado la cara. La laceración estaba en el lado derecho de su cara y era compatible con un tipo de arma cortante. El recluso fue acompañado a la enfermería para recibir tratamiento. El agresor no ha sido identificado y el arma aún no ha sido recuperada.

El 27 de julio, ocurrieron dos grandes peleas de reclusos durante las comidas. Durante el desayuno, ocho reclusos comenzaron a pelear. Después de que los oficiales hicieron varios intentos de detener la pelea, todos los cuales fueron ignorados por los reclusos, se administró spray OC. Una vez finalizada la pelea, varios reclusos heridos fueron escoltados a la enfermería y tratados por laceraciones compatibles con armas cortantes. Se encontró una hoja de afeitar de metal en el suelo del bloque de celdas cerca de donde comenzó la pelea. Dos agentes resultaron heridos durante la pelea. Uno sufrió dolor en la mano, el hombro y la espalda y fue tratado por personal médico en el centro, permaneciendo de servicio. El otro sufrió heridas en la mano y el hombro y fue trasladado a un hospital cercano.

La segunda pelea del día se produjo poco después durante la comida de la tarde. El personal observó que varios reclusos comenzaron a pelear y se llamó a una respuesta al comedor después de que se ignoraron las órdenes de detenerse. Cuando llegó personal adicional, todos los reclusos menos dos obedecieron. A uno de los reclusos lo sujetaron por el cuerpo, lo obligaron a tirarse al suelo y lo esposaron, mientras que al otro lo obligaron a pegarse a la pared. El recluso se apartó de la pared y agarró a un oficial por la cintura y la camisa. Luego el oficial lo sujetó por el cuerpo, pero continuó luchando. El personal finalmente pudo forzarle los brazos detrás de la espalda para colocarle las esposas antes de que el recluso fuera escoltado fuera del comedor. Durante la escolta, volvió a ponerse violento y pateó al agente en la ingle. Le aplicaron agarres al cuerpo y lo obligaron a tirarse al suelo nuevamente.

Sin relación con las peleas iniciales, un recluso se levantó de la mesa del comedor y se abalanzó sobre el personal. Lo sujetaron por el cuerpo mientras le colocaban las esposas.

Otra pelea menor estalló antes del almuerzo, causando heridas leves a dos agentes. Dos reclusos comenzaron a pelear camino al comedor, ignorando inicialmente las órdenes del oficial de separarlos. Se administró spray OC varias veces y fue necesario sujetar el cuerpo para separar a los reclusos. Una vez que se calmaron, los agentes los escoltaron para ser descontaminados. Durante la escolta, un recluso escupió en la cara del oficial y lo sujetaron hasta que se sometió.

Las dos últimas peleas ocurrieron el 28 de julio. La primera pelea involucró a dos reclusos en el área de la ducha trasera de la cocina. El oficial asignado a la cocina ordenó a los reclusos que se detuvieran antes de administrarles el spray OC, que fue eficaz para poner fin a la pelea. Una pelea mayor se produjo durante la hora de la comida de la tarde en el comedor. Tres reclusos atacaron a otros dos reclusos que estaban sentados uno frente al otro. Otros ocho reclusos se unieron y varios de ellos hicieron movimientos cortantes. Se llamó a personal adicional para detener la pelea, pero no lo lograron. Se administraron varias aplicaciones de spray OC, lo que provocó que algunos reclusos dejaran de pelear, pero otros continuaron. Los agentes consideraron presente la amenaza de lesiones graves. Se desplegó una ronda de agentes químicos, cesando todas las peleas. 13 reclusos fueron escoltados a la enfermería, varios de ellos con laceraciones compatibles con armas cortantes. Ningún personal resultó herido en el incidente.

“La semana pasada fue extremadamente peligrosa para el personal de Elmira con media docena de peleas de reclusos, varias de las cuales incluyeron a una docena de reclusos peleando armados con armas improvisadas. Afortunadamente, las heridas de los dos oficiales fueron menores, pero fácilmente podría haberse salido de control si no fuera por las rápidas acciones de alerta del personal. Sólo me pregunto, si la cantidad de violencia que existe en nuestras prisiones estatales estuviera ocurriendo en las calles y vecindarios de los respectivos distritos de los legisladores que apoyaron HALT, ¿permanecerían tan silenciosos como ahora?” dijo Kenny Gold, vicepresidente de la región occidental de NYSCOPBA. “Sus electores exigirían que abordaran la violencia en su comunidad, o los expulsarían del cargo. ¿En qué se diferencia esto? Cambiaron las reglas para mejorar las cosas para los reclusos y los ataques entre reclusos están en camino de aumentar un treinta por ciento con respecto al año pasado. Las agresiones a reclusos contra el personal están en camino de igualar los niveles récord del año pasado. ¡El hecho de que esta violencia esté escondida detrás de los muros de hormigón de una prisión no significa que no exista! Sin embargo, los legisladores que votaron a favor de HALT permanecen inquietantemente silenciosos”.

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